Usualmente las encuestas internacionales posicionan a Dinamarca entre los países más felices del mundo. De hecho siempre se encuentra entre las tres primeras naciones más alegres. Y no es fortuito, ya que los daneses siguen todo un plan para ser dichosos. Para ellos la clave está en encontrar la alegría en la vida cotidiana, pero ¿qué significa eso?
Cuál es la fórmula científica para alcanzar la felicidad en solo cinco minutosPara los daneses la felicidad está guardada en los pasatiempos, como una parte integral de la vida de quienes viven allí. Esto lo descubrió Marina Cooley, profesora en la Escuela de Negocios de Goizueta de la Universidad Emory cuando viajó a Dinamarca. Allí intentó impartir su "Plan para la Felicidad", pero el intento fue frustrado al descubrir que los daneses ya sabían la clave del bienestar.
Los pasatiempos puestos a prueba
Los daneses encontraban la alegría en la vida cotidiana fuera del trabajo. Eso consistía en dedicar su tiempo a actividades recreativas que supuestamente aportaban a la felicidad. Cooley decidió comprobar aquel secreto e incursionó en 17 pasatiempos en el transcurso de un año.
La autora del artículo de CNBC probó hornear, inmersión en frío, hacer collages, bordar, golf, bricolaje, montar a caballo, hacer joyas, mahjong, hacer adornos, pintar, pickleball, cerámica, escalada en roca, costura, tenis y carpintería. Al finalizar todas las experiencias advirtió que su desafío "cambió radicalmente su vida", de la siguiente manera.
Cómo los pasatiempos “cambian la vida”
Ayuda a eliminar hábitos negativos
Al dedicar tiempo a un pasatiempo, Cooley tuvo que dejar hábitos como el "doomscrolling" (desplazamiento interminable por las redes sociales) y la multitarea ineficiente. Descubrió que cuando sus manos estaban ocupadas con un pasatiempo, su teléfono simplemente no estaba disponible, lo que le dio más control y menos estrés al dirigir su energía a aprender nuevas habilidades.
Permite "marcar" la alegría para el futuro
La experiencia con los pasatiempos le enseñó a identificar actividades que quizás no eran adecuadas para su "temporada actual de vida" (por ejemplo, la carpintería con niños pequeños), pero que podía "marcar para después", visualizando un futuro en el que sí serían posibles y disfrutables.
Cambia la percepción del "trabajo" y el "autocuidado"
La profesora se dio cuenta de que lo que para una persona es trabajo (como preparar la cena), para otra puede ser un alivio del estrés (como hornear). Esto le llevó a redefinir los pasatiempos como cualquier actividad que se realice consistentemente y que genere alegría. Además, redefinió el autocuidado, viendo los pasatiempos como la verdadera forma de cuidar su bienestar, en lugar de depender solo de citas de belleza tradicionales que a menudo le causaban más estrés. Adoptó una regla de tener un pasatiempo para la mente, uno para la creatividad y uno para mantenerse en forma.
Fomenta la conexión social y reduce la soledad
La autora observó que los aficionados a los pasatiempos que conoció no estaban solos. Los pasatiempos la conectaron con comunidades de personas de todas las edades que compartían intereses comunes, facilitando la formación de relaciones e identidades fuera del trabajo, lo cual contrasta con la "epidemia de soledad" que se observa en otros lugares.
Mejora las conversaciones y las relaciones
Hablar de pasatiempos con otros eliminó la necesidad de Cooley de hacer "conversación trivial". En su lugar, la autora se encontró en conversaciones profundas, entendiendo a las personas en su esencia, más allá de sus obligaciones, lo que la ayudó a conocer mejor a las personas en su vida.
El secreto para la felicidad está en el equilibrio y ello conlleva a adoptar disfrutes diarios. "Si quieres equilibrio, el secreto está en tener un pasatiempo. Naturalmente, te verás obligado a definir tus límites: como trabajador, como padre o madre y como individuo", señala Cooley al finalizar su experiencia.